Es curioso que la raíz de nuestro ser da lugar a absorber todo tipo de nutrientes. A veces no solo son nutrientes que necesitamos, a veces son nutrientes que están ahí con nuestra familia y al llegar nos vemos impregnados.

 

Comenzamos a crecer con la mejor luz y el mejor abono, nuestros predecesores nos dan lo que tienen y lo que piensan,(sienten) que nos hará crecer más fuertes ,pero claro; no creo que sea fácil sin poder ver el cariz de nuestras raíces el que consigan a acertar 100%.

 

De tal modo, que una vez comenzamos a ser seres individuales, con crecimiento propio, con nuestras emociones, con nuestros sustratos, comenzamos a mirar a nuestra familia, a buscarnos en mamá y papá, a veces no nos gusta lo que vemos y lo rechazamos, otras sin embargo, nos apropiamos.

 

El caso es que los hijos tampoco podemos ver del todo las raíces de nuestros creadores y comenzamos a hacer cábalas, a veces sentimos pena por ellos “poooobres no supieron hacerlo de otro modo”, otras nos enfadamos “ eso no era lo que yo necesitaba”, otras sentimos culpa “ si me da este nutriente es por mi bien, ¿Cómo le digo que no lo necesito y que me daña sin que se sienta mal?

 

 Lo que parece que queda bastante claro es que: en realidad damos por hecho que nos conocemos y sabemos lo que el otro necesita o espera de nosotros, esta sensación nos pone en lugar muy rígido que no deja margen a otras perspectivas, es por ello que nuestro vinculo ya comienza con un camino tóxico.

 

Tanto de padres a hijos como de hijos adultos a padres. ¿ Y dejamos fuera la exigencia, nos sentaos a conversar con nuestros miedo y nos permitimos conocer a nuestros hijes?

 

De esta reflexión y de verlo continuamente en pacientes tanto niñ@s, como adultos, nacen los talleres de Arteterapia en Familia. Podría mostrar muchas actividades del taller, podría vender lo chupi que son los talleres, elijo mostrar lo autentico y lo que a mi me da sentido como profesional a seguir creando.

 

Estas fotos, escenas son el resultado de lo inmediato, de lo que nos cuesta encontrar en nuestra rutina, el amor respetuoso, incondicional y sano.